En elmunicipio de sucre sucre ocurrieron los hechos en los que Gabo se inspiró para escribir Crónica de una muerte anunciada

Vivir para contarla

Fácilmente se puede llegar a la conclusión de que llegamos al pueblo mágico, pero más allá de encontrarnos con canoas en las calles y altares como en un inicio pensamos, nos encontramos con personas reales y una agradable experiencia que pide a gritos ¡cuéntame ya!

El inicio de una aventura donde se conocerá la verdadera historia detrás de ‘Crónicas de una muerte anunciada’ novela de García Márquez, quien en la narración logra transmitirle a los lectores por medio de sus obras lo agradecido que esta con este mágico pueblo.

Por: Juliana Díaz Beltrán

Sucre-Sucre

 

A mediados de septiembre viajamos al fondo de Macondo. Habíamos llegado al puerto de Magangué, luego de haber atravesado el centro del municipio, en donde se encuentra una gran plaza a lo largo del pueblo, llena de colores más neutros en medio de un calor que se desprendía del río Magdalena.

Antes de viajar de Magangué a Sucre Sucre, en el puerto nos esperaba Manuel Buelvas Lara conocido popularmente en el puerto como “Mañeco” quien nos acompañaría dirigiendo la chalupa hasta el puerto de Sucre-Sucre. Luego de 30 minutos en el ajetreo de ese sube y baja, uno de nosotros decidió preguntarle a mañeco porque esa irregularidad de las casas que pudimos observar a la orilla del rio, las cuales son más altas a las que acostumbramos a ver, llenas de palos fuertes debajo que no dejan que toque el suelo. “Esto se debe a que en tiempos de lluvias sufrían mucho por la gravedad de agua que inundaba por completo el paisaje, así logran evitar que los afecte de gran manera”, nos respondió Mañeco al timón.

Llegando al pueblo nos encontramos con el profesor Isidro Álvarez Jaraba quien es líder ambiental, filósofo, historiador y profesor de Sucre-Sucre, con quien de antemano nos comunicamos para realizar dicho viaje. Luego de esto nos ubicamos como punto de encuentro en el billar del pueblo que inspiro a un cuento corto que Gabo escribió, “En este pueblo no hay ladrón”.

Un lugar lleno de recuerdos y diversos encuentros, el mismo que podía verse como pedacitos de pintura caían de las paredes, acompañado de unas imágenes con una breve descripción organizadas aleatoriamente a los lados de la entrada, fotos que podían describir un poco de lo que antes era Sucre Sucre, el mágico pueblo que toma como escenario el nobel de literatura Gabriel García Márquez para muchas de sus novelas tales como: Crónica de una muerte anunciada, La mala hora, El Coronel no tiene quien le escriba, Macondo es un estado de ánimo.

A unos pasos del billar nos encontramos con la Catedral basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, la iglesia del pueblo sucreño, que se caracteriza por tener un estilo gótico o neo gótico, que fue transformada con el tiempo, la misma de la que se habla en la boda de Ángela Vicario y Bayardo San Román, esa que hace parte de todas las historias que relata Gabo.

Entre estación y estación pudimos darnos cuenta que hay muchos lugares relativamente nuevos, muchas construcciones en toda la zona y cambios que no esperábamos, como el de la casa de Santiago Nazar que actualmente es una tienda o el antiguo lugar donde trabajaban las prostitutas del pueblo que ahora es un montón de tablas ubicado a un costado de donde inicialmente se encontraba.

Una pared donde escasamente se puede observar la particular manera en la que se organizaban, triángulos de diferentes tamaños que simbolizaban el tamaño las vulvas de cada una de las trabajadoras, nos encontramos con la nieta de Orfelina segunda Gutiérrez (María Alejandrina Cervantes), una señora de aproximadamente unos 60 años que nos empezó a describir como se vivió en esa época “ellas ponían los triángulos del tamaño de sus chuchas, para que los hombres ya supieran con quien iban acostarse”.

Unas cuadras adelante empezamos a escuchar unos sutiles versos, se trataba de un señor de alrededor de unos 45 – 50 años que con una voz melodiosa nos contaba por medio de unas décimas inspiradas en anécdotas de la vida cotidiana de Gabriel García Márquez en el pueblo, se trataba de Don Fabio Ordóñez quien es ebanista, gestor cultural y cantante del pueblo.

Luego de escucharlo nos acercamos para saber un poco más sobre su labor en el pueblo “trabajo en una Fundación con el profesor Isidro en la cual impulsamos el rescate y la preservación de nuestra cultura e historia basándonos en lo ecológico y en la conservación del medio ambiente, tratando de darle valor a lo nuestro, a lo que somos y a lo que tenemos, mostrándolo a los mismos visitantes, inspirando niños y enseñando a jóvenes” nos comentaba don Fabio.

Su labor además de promover la fundación pata de agua es darle a conocer al público las riquezas que tienen los sucreños en el pueblo ya que en el transcurso del año se ven muchos turistas de todas partes del mundo buscando saber un poquito más sobre este pueblo del que tan poco se escucha.

Uno de los lugares que hacia parte del recorrido fue el cementerio, el mismo que si se inunda su acceso seria por medio de canoa, lo que también dificultaría el entierro de los nuevos difuntos, por eso podemos ver una modalidad distinta de la forma de las bóvedas ubicadas una encima de otra, “existen tres tipos de muerte, la primera, la muerte común, la segunda, cuando entra el agua que inunda el cementerio y por último el olvido, pero yo pienso que ahí haría falta otra y es la muerte en vida”, expreso su sentir el profesor Isidro.

También pudimos presenciar algunas de las tumbas de los personajes tales como la de María Amalia Sampayo, interpretada por Gabo como “La mamá grande”, la de Santiago Nazar, quien realmente es Galletano Gentiles, hasta la misma María Alejandrina Cervantes (Orfelina segunda Gutiérrez) “personaje que nada en distintos ríos pero en la misma agua” nos cuenta el profe Isidro.

En medio de tantas tumbas fue inevitable percibir una en específico, la más apartada y descuidada de todas, la que no tiene compañeros a su alrededor y no la acompaña una sola rosa, se trata de Orfelina Gutiérrez la mujer más deseada y querida por todos los hombres en las obras de Gabriel García Márquez.

Orfelina, la que fue la primera vez de muchos y la que más tiene en cuenta Gabo al momento de escribir sus novelas, a la que le dedico un cuento corto “Memoria de mis putas tristes“. Un poco ilógico el pensar que ni siquiera es que fuiste en vida sino que dejaste y como te recuerdan.

Buscando en internet un poco más sobre la historia me encontré con una entrevista que luego de muchos años le hicieron a Miguel Reyes Palencia quien interpreta en el libro a Bayardo San Román el cual afirma que “esa embuste que conto, es la pura verdad”.

Sucre hoy, con los pies sobre la tierra

En el pueblo la inundación afecta la producción agrícola, dañando por completo los cultivos lo cual desestabiliza la economía sin llegar acabar con ella por completo, en esta tierra abunda gente trabajadora y con perrenque, la misma que aunque no tenga riquezas ni abundancia siempre busca la manera de salir adelante.

Sucre Sucre parece estancado en el realismo mágico de García Márquez; sin embargo, “Aquí nadie se muere de hambre, siempre hemos encontrado la manera de subsistir y salir adelante, hasta los habitantes de calle comen todos los días, la naturaleza es nuestra principal fuente de trabajo y comida, si no es el arroz es el pescado, aquí trabajamos con lo que nuestras propias manos nos pueden brindar”, se escucha decir a una de las meseras del restaurante al que fuimos. Sin duda es de valientes encontrar soluciones donde aparentemente solo se ven problemas.

Crónicas de una muerte anunciada

En esta historia podemos ver como Gabo mantiene vivo el personaje de Santiago Nazar (su amigo) Entrelazando la amistad y dando a conocer lo importante que sigue siendo este personaje para él tratando de dejar escrito o mejor dicho tratando de inmortalizar ese fiel amigo con el que tantas experiencias compartió.

Gabo reconstruye la historia de una manera distinta y cambiando cosas dejándole la misma esencia haciendo una descripción de la realidad de una manera encriptada jugando con la mente de las personas que vivieron la historia en vida propia agregándole un toque de imaginación.

Todo comenzó cuando Ángela se dejó llevar por los encantos y las promesas, esas mismas que suele llevarse el viento, dejando en ella nada más que un vacío insaciable y falsas esperanzas que poco a poco se fueron perdiendo, aceptando al fin la propuesta de matrimonio que tanto deseaba rechazar, mientras que el corazón de su prometido también estaba roto esperando ese matrimonio que triste mente nunca se logró dar.

Ya que no se pudo casar con la mujer que tanto quería (Nacha Velilla) porque cuando volvió ya estaba casada, y es así como terminan en una boda forzada, donde el corazón de uno no le pertenecía al otro, lo que también influyo en porque las cosas terminaran tan desastrosamente.

Santiago Nazar o Galletano Gentiles un Italiano quien es brutalmente asesinado por los hermanos Vicario o en nuestra realidad, los hermanos Chica Sánchez quienes no eran gemelos sino tres hermanos que terminan con su vida con unos cuchillos de matarife por el honor de su familia.

Esto gracias a Ángela Vicario (Margarita Chica) quien puso la vida de Nazar en juego al “confesar” a sus hermanos que fue él quien no le permitió llegar pura al matrimonio, luego de unas horas el pueblo que aún se encontraba celebrando la gran boda, no se lograba explicar el porqué de esta tragedia, dejando a la vista de la gente su vergüenza por haber sido devuelta de esa manera.

Porque claramente ya no era virgen y por eso la devolvieron, dejando aún más a la luz del sol que en ese entonces una mujer no valía si no era “pura o virgen”, también dejando en claro que “El deshonor se pagaba con sangre”, algo que no estaba escrito pero así era. La excusa de los hermanos se basaba en la rabia y ron, la mezcla perfecta para justificar cualquier cosa, los mismos que se entregaron acabando de cometer el crimen.

Agradecimientos a:

El profesor Ramiro Guzmán por hacer realidad esta experiencia, el profesor Isidro por acompañarnos en esta travesía, semillero reporteros unisinu por involucrarse en esta aventura y a todas las personas que hicieron que este escrito fuera posible.

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